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No podemos obligar a que nos quieran

 Una vez le dije a una piba, en medio de declaración/discusión de amor, que no podía obligarla a que me quiera. Y me parece que es lo mas real que se me hubiese ocurrido decirle. A ella y a cualquier persona. Se me vino a la cabeza esa frase, después de una nueva desilusión, para que andar mintiéndoles. Y menos mal que me acorde de ella. Me salvo de miles de preguntas del tipo ¿porque pasa esto?, y todas las similares. Porque creo, es una de mis verdades absolutas.  Vos podes querer a una persona con todo lo que sos; estar presente en cada detalle; compartir momentos, buenos, malos y regulares. Compartir todo, risas, llantos, enojos, peleas y alegrías. Sonrisas. Sonrisas tuyas y de ella, que sentís mas tuya que de nadie. Llamadas, fotos y mensajes. Mensajes cortos, enormes de largos, o un simple emoticon, como los que están de moda ahora. En fin, vos, y nadie mas que vos, podes querer a esa persona hasta el ultimo aliento. Sentir que cada una de esas cosas chiquititas que al...

Es un miercoles extremadamente gris

Es un miércoles extremadamente gris. El tiempo se encapricha con acompañar, como puede, de esa sutil manera. Tarde un rato en darme cuenta que era por eso. Quizás no haya caído del todo, y me tome otros tantos días nublados acostumbrarme, quien sabe. Al sentir las gotas corriendo sin prisa por mi rostro sospeche que algo pasaba. El llanto brotaba en abundancia, pero estas gotas no eran del todo mías. Estas son muy distintas, y aparecen de vez en cuando, ahí cuando algunas historias ponen un punto final. Dicen que el principio y el final de las historias están escritos, que se yo. Al principio lo conocemos todos. No conozco realmente alguien que recuerde su propio punto de partida, pero siempre alguien que nos rodea puede dar testimonio de estar ahí, cuando empezó todo. El principio trae alegría y felicidad. El principio trae esperanzas y regocijo porque allí comienza un nuevo camino. La historia del final es un poco distinta. Al día, la hora o el lapso temporal en que suced...

Por si algún día

Por si algún día lees esto te escribo estás palabras. Por si algún día, por esas casualidadades te topas con esto. Por si algún día estas acá por primera, segunda o decima vez. Por si algún día de repente te asaltaron la duda, la curiosidad o las ganas. Por si algún día me extrañas y buscas que este espejo de letras te devuelva algo mío. Por si algún día venís teniendo una racha, un presente o un momento malo. Por si algún día no sabes que camino tomar (aunque esto no te ayude de mucho) Por si algún día necesitas un abrazo, un empujón o unas palabras de aliento. Por si algún día simplemente te encontras leyendo esta nota, quería que sepas que un martes a las 3 de la mañana y cientos de días después, te sigo extrañando mucho y te quiero como el primer instante. Por s̶i̶ que algún día nos volvamos a encontrar🤞...

Momentos

Hay que saber encontrar los momentos, y ojalá lo hubiese entendido antes. El momento adecuado es único e irrepetible, es la opción perfecta en la cuál deben transcurrir las cosas. Ni un día antes o media hora después: ahí mismo. Es muy difícil encontrar la ocasión exacta para actuar. Es más, aunque hubiese una, es casi intangible de percibir. Dichosos los tiempistas de la decisión acertada, muchos de nosotros los envidiamos un poco (bastante). Esto también va más allá de las intenciones, ¿estamos de acuerdo? Puedo tener toda la buena predisposición del mundo, pero por apurado o por boludo se me escapó de las manos, y no hay mucho por hacerle. Con todo esto no quiero decir que no hay que ir y actuar, nada de eso. Vayan, jueguen y arriesguen, que de eso se trata un poco la vida. Probar y ganar, pero también tropezar y equivocarse, pero siempre tratar de salir a flote. En una de esas, con suerte o...

Algunos días

Algunos días me gustaría saber de vos. Saber que te pasa por la cabeza, saber de tu día o lo que desayunaste esta mañana. Algunos días necesito alguna de esas charlas que manteníamos por horas. Algunos días necesito tus consejos, tus palabras o tus risas. Tus mates, tus paseos y tus locuras. Algunos días vuelvo a ver tus fotos (y tu sonrisa presente en todas ellas). Algunos días quisiera volver a escuchar tu voz. Algunos días me olvido de tu cara y hago muchísima fuerza para recordarla. Algunos días necesito que vuelvas a estar acá, cerca mío, como antes. Algunos días te extraño mucho . El resto de los días son normales. El resto de los días no tienen mucho de especial. El resto de los días son distintos, y está bien que así sean. El resto de los días son cualquier martes o domingo, miércoles o viernes. El resto de los días te extraño de igual manera, pero hago ...

Relato

No tengo mucho para decir. Bueno, en realidad sí. Los que me conocen saben que nunca logro callarme. Para ellos, algunas veces es divertido. Otras, un calvario. Hablo mucho las 24 horas del día. Y sí no hablo, lo escribo. O mando fotos. O memes. También hago caras graciosas, pero guarda con las de culo. De esas no me sacan tan rápido. Me gusta reírme y andar en patas. Me gusta leer y ver películas. Me gusta el dulce de leche casi tanto cómo el fútbol. La mayoría de mis sueños son cosas terrenales, que pueda llegar a conseguir. Nunca me veo con grandes aspiraciones. No me imagino llegando lejos. Ese es tal vez mi mayor defecto. Amo, amo mucho. A mis amigos, a mi familia. A mi club y a alguna que otra piba. Alguna que otra, porque no tengo una lista larga de amores. Larga si, como las relaciones. Esas si me gustan. Por eso tuve pocas, supongo. Por el momento estoy sólo. Mi viejo dice que elijo mucho. Mis amigos, también. Mi vieja no. Ella dice que busco un amor para toda la vida, cóm...

Una tarde jugando a la pelota

Hace un montón que no escribo nada. Me parece que, con la falta de tiempo y el tener la cabeza tan ocupada, se me están yendo las ideas. Que se yo, no me gusta mucho eso. Sin embargo, hoy quería contar algo que me pasó en estos días. El club en donde juego está entrenando en el predio de un Instituto de menores. Algunos de los pibes que viven ahí vienen a practicar con nosotros, aunque son los menos. El resto de ellos mira como corremos o jugamos a la pelota todos los días, en un costado de la cancha. La cosa fue más o menos así: habíamos terminado de jugar un partido, y nos sentamos todos en ronda, a estirar y descansar un poco. Cómo en cualquier grupo humano, no faltaron los chistes y las cargadas a uno u otro. Mientras me estaba riendo de algunas de estas cosas, se me acerco uno de esos pibes que viven ahí, en el Instituto. Tengo que reconocer que no le pregunté como se llamaba, y eso me dejó algo de culpa. En fin, se me acercó y se sentó al lado mío. - Que lindos botines - me ...

Llorar no está mal

¿Quién dijo que llorar está mal? ¿Quién instalo esa idea en nosotros? Hay muchos de nosotros que piensan que llorar por algo está mal, que es algo feo, triste.  Pareciera ser una imposición que no sé exactamente donde se origina. No, no se llora, y mucho menos delante de alguien. Parece que llorando demostras debilidad y flaqueza enfrente de otro igual a vos, con los mismos problemas a los tuyos. De verdad, ¿Quién dice que llorar está mal? Fíjense incluso que cuando lloramos por algo lindo, una cosa que nos alegra, enseguida lo aclaramos. “Son lágrimas de felicidad, eh” ¿Por qué lo hacemos? Es una imagen del mundo en el que vivimos, donde la imagen vende mucho más que el sentimiento y andar llorando en público no contribuye a mantener este status. ¿No les pasó ver a alguien llorando y automáticamente decirles “Eu, no llores”? Si, seguro que sí. A mí me vive pasando, inconscientemente como a todos, y estas palabras son una especie de mea culpa sobre este tema puntual. No,...